José Daniel Lacalle nos ofrece las principales conclusiones de su último libro Conflictividad y crisis. España 2008-2013, El Viejo Topo-FIM, Barcelona, 2015, en el que maneja un extenso conjunto de datos:
Si nos centramos en los informes sobre conflictividad que prepara mensualmente Javier Chamorro para Mundo Obrero y la Fundación de Investigaciones Marxistas, serie menos exhaustiva pero con mucha más información que la del ministerio de Empleo, y consideramos que los datos manejados de Navarra y el País Vasco indican una infrarrepresentación que en parte los invalida, podemos ampliar el abanico a la distribución sectorial, a la división en función de que la propiedad sea pública o privada, si la conflictividad se produce dentro o fuera de los centros de trabajo y en función de las razones por las que se originan los conflictos, que se han agrupado en ocho bloques: cierres (que incluyen cierres totales y parciales, externalizaciones y subcontrataciones), convenios (que incluyen convenios y otros tipos de negociación colectiva), condiciones laborales, salarios (incluyendo todo tipo de remuneraciones, directas, indirectas o diferidas), despidos, empleo, ERE y recortes.